Te saluda Natalita, y por ahí anda mi duende Augusto, que no se si lo oyes todo emocionado. Él es el más fiel compañero que existe, ¿y sabes qué? ¡A ti también te acompaña uno, aunque todavía no lo conozcas! Soy una niña eterna que ayuda a otros a recordar La Gran Ciencia del Balance, contando historias de nuestras aventuras por La Princesa. Junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias, pero de todo eso te cuento en las notas del programa. Mientras tanto, te dejo con una de las versiones de mi misma, que cuentan historias de colores, según quien decida contar la historia del día.
Bitácora de aventuras, edición un perfecto cumpleaños número 5 en medio de la incertidumbre:
Después de una de las réplicas de las 7 AM, decidimos quitar el "repeat" de intentar volver a dormir después de cada jamaqueo. Optamos por darle la bienvenida al nuevo día, y lo comenzamos de la mejor manera posible, cantándole un cumpleaños un poco agridulce a la niña, habiendo decidido apagar las pantallas de los celulares tras ver cómo algunas personas se quedaban sin techo mientras el día comenzaba tan cínicamente normal para nosotros. En la mente de un niño los problemas no existen, a menos que algún Mayor de 5 Años los traiga a colación, ella solo sonreía feliz, era su día y se sentía celebrada. Le habíamos prometido hacerle “waffles” de desayuno, ella estaba feliz porque en ese día todo sería su decisión (en su cabeza). Como no había electricidad, se comió su pan con mantequilla de maní feliz, pues al final, es uno de sus desayunos favoritos y, a su entender, se escogió por eso. Esa mañana me tocaba trabajar, decidimos irnos los 4, por si acaso, mejor estar juntos en caso de que hubiese nuevos temblores. Terminé a mediodía, todavía no había electricidad, salimos hacia la casa de su mamá, y decidimos pararnos a almorzar en el primer lugar de comida que vimos abierto. El plan era ordenar y comer de camino, de repente se vuelve experto uno en analizar áreas de riesgo, y la carretera nos parecía lo mejor. Decidimos no tomárnoslo tan a pecho, y sentarnos a comer. La niña escogió la mesa (que era la única que quedaba porque estaba super lleno el sitio) y estuvo todo el tiempo que papá espero en la fila halagando lo linda que estaba, acomodando todo lo que había en ella, y quién se sentaría dónde (papá a su lado, obviamente), con guille de decoradora. Se divirtió yendo a la fila a darle besos sorpresa a papá y regresando corriendo a la mesa orgullosa de haberlo sorprendido. Mientras papá hacía la fila eterna, el niño y yo estuvimos embelesados mirando los árboles de la carretera, brincando casi como papá cuando la niña regresaba a la mesa de su expedición de besos sorpresa. Terminamos y salimos, paramos en un colmado cerca de la casa de mamá (al que la niña nos ayudó a llegar orgullosa de conocer el camino), estaba abierto, hicimos todos el bailecito de la victoria. Conseguimos unos cupcakes de chocolate chip, a esas alturas el único requisito era que tuviese chocolate, pues era la única promesa hecha, y no se podía romper; bailecito de la victoria, nuevamente. Llegamos a la casa, fiesta de 7, 1 cumpleañera, 2 hermanos, 1 papá, 1 mamá, 1 padrastro, 1 madrastra, 1 incienso para soplar a falta de velas, 1 sonrisa de fiesta gigantesca, 0 temblores.
No faltó nada, no faltó nadie, y aunque sí sobraba la incertidumbre del próximo temblor, como siempre, los niños fueron felices, y La Vida se encargó de enviarnos todo en el orden adecuado, tanto así que olvide el temor que tenía la noche anterior por la llegada de los 5 años y el comienzo del olvido exponencial de La Gran Ciencia del Balance que viene atado a ese importante cumpleaños.
9 de enero de 2020
Dentro de dos semanas te cuento otra historia, mientras tanto, puedes conectar conmigo la próxima semana en Sanando con tu Duende, un espacio para la sanación cuántica. Un podcast en el que te cuento lo que me enseña mi duende Augusto a través de nuestras sesiones de sanación. Si me quieres ver antes, te espero el miércoles a las 12 PM hora de Puerto Rico, a través de nuestro canal de YouTube y en Instagram, en una sesión en vivo en la que podrás hacerle tus preguntas a Augusto, y de paso ir aprendiendo a conectar con tu duende. Sí, tienes un duende. Te recuerdo que junto con Augusto, y muchos otros guías, imparto sesiones de sanación cuántica a todos esos niños eternos que están dispuestos a sanar, reprogramando sus creencias. En las notas del programa te dejo todos los enlaces, para que puedas reservar tu sesión, y visitarnos en nuestros otros espacios.
Nos veremos otro dia que no sea hoy. ¡A dormir!