En ocasiones la vasija se destruye en las manos del alfarero por diferentes razones. Dios quiere hacernos una vasija nueva una y otra vez, removiendo de nuestras vidas cualquier situación que impida ese crecimiento. Entreguemos el corazón y la vida a nuestro Señor para que Él sea el que nos moldee de acuerdo a su voluntad.
Gústanos en nuestra página de Facebook Ministerio de Fe y Renovación.